16.9.14

Pedro Páramo - Juan Rulfo

Considerada una de las grandes obras hispanoamericanas del pasado siglo y referente del realismo mágico, esta novela corta publicada por vez primera en 1955 es una amalgama de claroscuros que sin duda no dejará indiferente a nadie.

El punto de partida de la historia es la llegada del que se nos antoja como el protagonista al pueblo de Comala, escenario sobre el que se desarrollará todo, donde su madre lo envía a la búsqueda de su padre. Esta región cobra un papel relevante, apareciendo como un personaje más, omnipresente y determinante. Sentiremos el polvo de sus calles bajo los pies, el olor a casa vieja y el calor de un sol sin piedad pues Rulfo nos transporta hasta allí con maestría.

Otro de los factores destacables es sin duda los personajes, muy numerosos de por sí pero más aún teniendo en cuenta la exigüidad de páginas. Cada uno está perfilado con una personalidad y sobre todo, con una historia que lo identifica. Sus diálogos, representación de escenas cotidianas y situaciones por las que se ven obligados a pasar nos muestran un retrato al detalle de la vida en la época en México.

Llama la atención que antes de terminar la primera página ya te encuentras en situación y dispuesto a conocer la historia del famoso a la par que enigmático Pedro Páramo. Además, la confusión que atenaza al narrador al llegar a dicha localidad y encontrarse con sus gentes se hace del todo palpable para el lector, ya que comenzará a dudar del realismo de esas experiencias.

Por otra parte, la narración en la que encontramos tanto largos diálogos como minuciosas descripciones tiene la habilidad de cambiar de registro con asombrosa facilidad. Lo mismo nos reproduce la forma de hablar de un campesino que nos transmite un sentimiento, paisaje, persona o reflexión con un estilo de prosa poética. La belleza de las imágenes que proyecta es sobresaliente

“Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.”

Pero si hay algo que caracteriza a Pedro Páramo y lo ha alzado al Olimpo de la literatura es su estructuración. No consta de capítulos, sino de pequeños fragmentos aparentemente desordenados. Narrado a veces en primera persona y otras en tercera, las historias se irán intercalando a la vez que entrelazando. Cada una puede considerarse independiente pero juntas cuentan una historia mayor, la  historia de un pueblo, la de un tiempo, la de un hombre, la de Pedro Páramo.

El lector se encontrará frente a un puzzle literario de difícil resolución; los nombres, recuerdos, cronología y la confusa línea entre la vida y la muerte realizarán un baile en el que es peligrosamente fácil perderse.

Sin embargo, si bien me he recreado con la originalidad del texto y saciado mi curiosidad frente a una obra con tal renombre, no la he disfrutado tanto como me hubiese gustado. En mi opinión, el misterio de quién es quién, y cuál su papel en la historia traspasa el umbral de lo aceptable, llegando a terminar la novela con muchas dudas. De todas formas, animo a que se le dé una oportunidad y cada cual pueda sacar sus propias conclusiones, no por nada se encuentra en todas las listas de los 100 libros imprescindibles. Lo recomiendo por la agilidad con que se lee, lo diferente de su trama y lo poético de su prosa. 

Porque si hay algo que habita en cada rincón y cada corazón, son los fantasmas.

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