13.12.11

Más infancia. Menos inocencia.

Qué paradójico resulta comprobar día a día cómo la infancia entendida  legal y socialmente abarca progresivamente un tiempo mayor en la vida. Sin embargo, la inocencia se evapora de los ojos de los niños cada vez más rápido, sin dejar rastro, acortándose su periodo de forma continuada.

En otro tiempo, los pequeños eran obligados a crecer. Ahora, gustan de sentirse mayores. Obviando en todo caso cualquier atisbo de responsabilidad.

Miniadultos, que no comprenden el sentido del trabajar ni del jugar. Atrapados entre dos mundos sin explorar ninguno por entero. Perdidos, puede que nunca encontrados.

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